A Peneda Negra

Mnunicipio: Ames
Parroquia: Santo Estevo de Covas
Lugar: Ventosa

 

Accesibilidad: Media. No está señalizado y por este motivo se aconseja el uso del GPS. Se recomienda precaución los días de lluvia porque la combinación de los líquenes con la piedra mojada hacen que esta sea muy resbaladiza.

 

Acceso: El petroglifo se encuentra a unos 5 kilómetros al norte de Bertamiráns, en la aldea de Ventosa. Desde el norte del núcleo, al final urbanización se coge un camino de monte también en dirección norte. Se continúa durante unos 800 metros y después hay que tomar un estrecho sendero a la izquierda, bastante difícil de ver por causa de la vegetación. Este pequeño camino se encuentra la altura de un eucalipto de tronco bastante grueso, con un gran nudo, localizado a la derecha del camino principal. Unos 130 metros despué se llega hasta la roca.

 

Descripción:

A Peneda Negra es uno de los paneles rupestres más singulares del territorio Compostela Rupestre, tanto por las grandes dimensiones de la roca como por la cantidad y dispersión de los motivos. Se trata además de una de las primeras estaciones descubiertas en la zona. En concreto fue Oscar Lojo-Batalla Sampedro a comienzos del siglo XX. Esta destacada figura llegó a ser alcalde de Ames durante la II República y era sobrino del anticuario más importante de la época, Casto Sampedro, que fue también fundador y presidente de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra.

En 1909 Oscar Lojo condujo hasta esta roca y hasta el vecino petroglifo de Monte Castelo al azabachero santiagués Enrique Mayer y al dibujante Enrique Campo Sobrino, perteneciente a la sociedad pontevedresa, quien elaboró dibujos sobre los paneles para su exhibición en la importante Exposición regional celebrada en Compostela en ese mismo año.

A Peneda volvería a ser visitada y estudiada en años sucesivos por diferentes arqueólogos como Ramón Sobrino Buhigas, en compañía de sus alumnos en el año 1934, o en 1948 por su hijo Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza, junto a Luis Monteagudo.

La roca en la que se sitúan los grabados tiene unos 80 m. de longitud y 20 de ancho. En su parte superior, más plana y horizontal, es donde se localizan la mayor parte de los grabados. Por el contrario la zona inferior presenta una fuerte pendiente y aquí las figuras son minoritarias. La gran mayoría de las representaciones pertenecen al llamado grupo geométrico y son en esencia cazoletas, círculos simples, círculos con cazoletas en el interior y combinaciones circulares. Se pueden apreciar también varias figuras complejas formadas por la combinación de círculos concéntricos unidos a motivos cuadrangulares con esquinas redondeadas, similares a las que aparecen en otros grabados de la zona como el Petroglifo de Monte Castelo o Devesa da Rula II. Este tipo de figuras son interpretadas por algunos autores como representaciones antropomorfas esquemáticas, quizás una divinidad femenina o algún tipo de ídolo.

En el mismo petroglifo, pero muy erosionadas, también se pueden ver grabadas 2 figuras de animales. La mejor conservada aparece en el lado norte y representa un ciervo macho de gran cornamenta.

 

Visibilidad:

A erosión y el color oscuro de la roca dificulta la visualización de los motivos, por lo que se recomienda visitar el conjunto al atardecer para aprovechar la luz rasante del sol. En este momento a Peneda Negra se revela como uno de los paneles más espectaculares del territorio del Parque Compostela Rupestre.