Petroglifo de Correxíns

Municipio: Santiago
Parroquia: Santa María de Figueiras.
Lugar: Correxíns.

 

Accesibilidad: Fácil. No está señalizado, pero se sitúa muy cerca de la carretera y se accede a él por un camino fácilmente transitable. Se recomienda el uso de GPS.

 

Acceso: Se llega hasta esta estación por la carretera que une Compostela con la parroquia de Figueiras y discurre al pie del monte Pedroso. Al llegar al lugar de Correxíns, se coge un desvío hacia la derecha. Se continúa hasta el fin de la carretera asfaltada. Allí, unos metros después de la última vivienda, llamada Casa Amadora, se toma un camino de monte a la derecha. Se continúa por el monte y a 220m se localiza la estación a la derecha del sendero.

 

Descripción

La roca donde están los grabados es muy fácil de ver justo en la orilla del camino. Se trata de una piedra de granito de grano fino situada en la ladera oeste del Monte Pedroso. La parte superior, donde se concentran la mayor parte de los grabados, es bastante plana y el lado oeste presenta una fuerte inclinación hacia el valle de Figueiras.

Se trata de uno de los paneles con mayor plasticidad de la tierra de Compostela. Las figuras grabadas en la roca son en su mayor parte círculos concéntricos de diferentes tamaños y casi todos tienen la clásica cazoleta en el centro.

La composición más interesante del conjunto se compone de cuatro grupos de círculos concéntricos unidos por una línea que atraviesa sus centros. Uno de ellos, el grupo de mayores dimensiones, consta de 8 anillos, cazoleta central y 2 radios que unen el centro con el exterior de la figura atravesando los anillos.

Otras 7 combinaciones circulares sin aparente conexión física se reparten por el resto de la roca y van desde la más simple de uno sólo circulo y cazoleta en el centro, hasta una que cuenta con cinco anillos.

Este petroglifo fue descubierto por Oscar Lojo Sampedro, sobrino del gran anticuario Casto Sampedro. Fue él quien puso en conocimiento la existencia de la estación rupestre a Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza, quien se desplazó hasta el lugar y acabó publicando un artículo en el periódico “La Noche” en el año 1948. En el momento de su hallazgo era apenas el tercer petroglifo registrado en el ayuntamiento de Santiago de Compostela después del de Conxo (1935) y de Codesedas (1941).

 

Visibilidad

Los mejores momentos para ver este petroglifo son la primera hora de la mañana y especialmente a última de la tarde, cuando el sol está bajo. Cara las horas centrales del día el desgaste de los motivos dificulta mucho su visualización. Los días de lluvia, con la roca mojada mejora mejora también mucho la observación de los motivos y se convierte en una de las estaciones más espectaculares de la comarca.