Petroglifo de Monte Castelo 2 o Monte das Pedras

Municipio: Ames.
Parroquia: Santo Tomé de Ames
Lugar: Castelo

Accesibilidad: Fácil. No está actualmente señalizado y por eso se recomienda el uso de GPS para su localización. En cualquier caso es sencillo de encontrar porque se encuentra a un lado de un camino de monte de fácil tránsito.

 

Acceso: Desde el norte de la la aldea de Ventosa, al final urbanización, se coge un camino de monte también en dirección norte. Por este sendero se continúa durante 1,4 kilómetros y la roca con los los grabados aparece a la derecha, a 30 metros del camino, en un claro del bosque.

 

Descripción

Este petroglifo tiene el honor de ser el primer descubrimiento en el territorio del Parque Compostela Rupestre y en el ayuntamiento de Ames. El responsable del hallazgo fue Oscar Lojo-Batalla Sampedro, en una fecha indeterminada a inicios del siglo XX. Este personaje llegó a ser alcalde de Ames en la II República y tuvo una estrecha relación con el patrimonio gallego desde joven, pues era sobrino del anticuario más importante de la época, Casto Sampedro, que fue también fundador y presidente de la importantísima Sociedad Arqueológica de Pontevedra.

Tiempo después, en 1909 el mismo Oscar Lojo, condujo hasta la roca y hasta el vecino petroglifo de A Peneda Negra al azabachero santiagués Enrique Mayer y al dibujante Enrique Campo Sobrino, perteneciente a la sociedad pontevedresa. Este último elaboró unos fantásticos dibujos de los grabados para exhibirlos en la Exposición Regional Gallega que se iba a celebrar en Compostela en ese incluso año. Las láminas de Campo Sobrino se conservan en la actualidad en el Museo de Ponteveda.

Las siguientes noticias del petroglifo son muy posteriores y fueron dos visitas de estudio: la primera en fue en 1948 por los arqueólogos Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza y Luis Monteagudo y la segunda en el año siguiente solo por Lorenzo-Ruza, ambas sacadas de las notas de la agenda de campo de este último.

A partir de ese momento el petroglifo de Monte Castelo quedará olvidado y perdido para la investigación y la ciudadanía, hasta que en el año 2015, miembros del Colectivo A Rula, buscando un acceso alternativo a la Peneda Negra, encontraron de nuevo la roca y recuperaron parte de su memoria.

Los grabados se localizan en una roca ubicada en la ladera norte del castro de Ventosa. Se trata de un afloramiento redondeado, pero que apenas sobresale del terreno y que cuenta con una amplia superficie lisa, donde aparecen la mayor parte de las insculturas.

Toda la piedra se presenta prácticamente cubierta de diseños, lo que le da al conjunto una gran plasticidad, siendo una de las representaciones de motivos geométricos más importantes de todo el territorio.

Las figuras grabadas consisten básicamente en 4 composiciones complejas unidas entre sí. Todas ellas presentan características similares, pues son combinaciones de anillos concéntricos (entre tres y seis) enlazados por uno de los lados a otros motivos más pequeños de forma circular, cuadrada o rectangular con ángulos redondeados. En los cuatro casos el círculo central aparece relleno de una buena cantidad de cazoletas.

En la parte superior de la roca, algo separadas, se ven otras figuras también geométricas de cazoletas o pequeñas combinaciones de círculos con agrupaciones de cazoletas en medio.

Las 4 figuras complejas son similares a otras aparecidas en estaciones próximas como Devesa da Rula II o Peneda Negra y tienen una forma vagamente antropomórfica. Algunos autores como el italiano Enmanuel Anati, sostienen que podrían tratarse de representaciones de divinidades o ídolos, ya que presentan semejanzas con otros motivos documentados tanto en la Península Ibérica como en diferentes áreas europeas.

 

Visibilidad

El mejor momento para observar estos grabados es al atardecer, para aprovechar la luz rasante del sol.