Arte Rupestre

Compostela Rupestre

Un área rica en todo tipo de manifestaciones rupestres

La Comarca de Santiago es un territorio donde la piedra siempre ha sido protagonista. Desde la prehistoria hasta la actualidad, hombres y mujeres expresaron su religiosidad, su arte y construyeron sus obras en piedra. Del mismo modo grabaron símbolos en las peñas para delimitar sus territorios, establecer los lindes o marcar caminos.

 

La Tierra de Santiago es un área rica en todo tipo de manifestaciones rupestres y por eso surge el Parque Compostela Rupestre. Un proyecto que une a los municipios de Ames, Brión, Santiago, Teo y Val do Dubra en torno al patrimonio cultural escrito en la roca. Una iniciativa para acercar a la ciudadanía una de las zonas más importantes en el arte rupestre de Galicia.

Los tiempos

Más de un centenar de grabados tanto prehistóricos como de época histórica

En la actualidad en territorio gallego hay catalogados algo más de 3.400 petroglifos, tanto prehistóricos como de época histórica. En el territorio que comprende los ayuntamientos de Compostela Rupestre, se conocen ya más de un centenar de estaciones con grabados y el número no para de aumentar con los hallazgos de los últimos años.

La mayor parte de los grabados conocidos de esta zona fueron hechos en la prehistoria, hace unos 4.000 años en la Edad del Bronce (III milenio e inicios del II milenio a. C.). Círculos, cazoletas, armas, ciervos y otras figuras forman parte del repertorio de este tipo de arte. Sin embargo, esta cronología aún se mantiene en discusión entre los investigadores, de hecho se conocen grabados más antiguos, del neolítico, dentro de cámaras megalíticas y otros más tardíos, de la Edad del Hierro.

También existe una gran variedad de manifestaciones rupestres más recientes, medievales y de época moderna, mucho menos estudiadas y conocidas. Entre ellas están las cruces de término, las marcas de cantero, las marcas de propiedad, los tableros de juego o los enterramientos rupestres.

El paisaje

Los petroglifos prehistóricos solían evitar las zonas de vallle

Los petroglifos de la Edad del Bronce suelen encontrarse siempre en las laderas de pequeñas colinas (Monte San Miguel en Villestro, Monte Castelo…) o en alto de penillanuras (Monte Piquiño, en Teo). Generalmente se sitúan sobre rocas poco perceptibles desde la distancia, pero desde las que hay un bueno control visual del entorno inmediato. Por el contrario casi nunca aparecen en zonas bajas o de valle.

En la Edad del Bronce las gentes habitaban ya una densa red de aldeas, con construcciones hechas la base de materiales perecederos (madera, retamas, adobe..), que apenas han dejado huella en el registro arqueológico. Los poblados no estaban fortificados y se situaban por lo general en laderas o rellanos de colinas. Procuraban orientarse hacia el arco del este y sureste, de cara a asegurar una mejor insolación y siempre cerca de alguna corriente de agua. Practicaban una agricultura extensiva de tala y roza y ya se observan los primeros indicios de parcelación del campo.

El pastoreo tenía también una grande importancia en ese momento. Por este motivo, segundo indican las investigaciones, las áreas donde se localizan los petroglifos y los poblado,s se caracterizan por ser zonas abiertas, de monte bajo y abundante pasto. Por el contrario, el bosque ocupaba normalmente las zonas bajas y los fondos de valle. Prácticamente la situación contraria a la que se de la en el paisaje tradicional gallega.

Los soportes

El granito fue el soporte de la mayor parte de los petróglifos

La gran mayoría de los grabados del noroeste de la Península Ibérica fueron realizados en granito. Una roca de gran dureza que permitió la conservación de estas insculturas al largo del tiempo. Por lo general tanto los petroglifos prehistóricos como los históricos se hicieron sobre rocas de buena calidad. Por este motivo muchas de las laxes donde aparecen los grabados fueron aprovechadas también por canteros tradicionales para la extracción de piedra y resulta frecuente encontrar marcas de su trabajo.

As técnicas

Los surcos se hicieron con herramientas de cuarzo en la Edad del Bronce

Los petroglifos prehistóricos fueron realizados, en su mayor, con herramientas de piedra. La técnica más probable, segundo indica la arqueología experimental, fue usando piedras de cuarzo, un material de gran dureza y muy abundante por toda Galicia. Primero se comenzaría por marcar el diseño sobre el granito con una pequeña lasca de cuarzo; después con un cuarzo mayor y con punta se comenzaría a picar sobre la marca, de manera que se va formando un primer surco muy irregular. Finalmente, cuando el surco ya está hecho, se regulariza mediante la abrasión con el mismo cuarzo o con un cuanto de río.

Los petroglifos de época histórica, por el contrario, fueron hechos con instrumentos metálicos, picos o cinceles de hierro.

Los surcos resultantes son diferentes según la técnica empleada. Más estrechos, profundos e irregulares los realizados con metal y más redondeados, con perfil en «U» y más regulares los hechos con piedra.

Los motivos

En el territorio de Compostela Rupestre predominan los símbolos geométricos

Los motivos prehistóricos del llamado Grupo Galaico de Arte Rupestre o Estilo Atlántico son de dos tipos: los geométricos y los naturalistas. Los geométricos son, con mucho, los más abundantes en el territorio del Parque Compostela Rupestre y del noroeste, y esta circunstancia dificulta muchas veces a interpretación de su función y significado. Círculos y cazoletas son las figuras predominantes, pero también aparecen anillos, cuadriculados y otros motivos complejos que incluso parecen representar figuras antropomorfas.

Entre los naturalistas aparecen las armas (espadas, puñales, alabardas y figuras con forma de escudo) y los animales (caballos y ciervos). Este tipo de representaciones son normalmente muy escasas y particularmente en este área pues, entre el centenar de grabados catalogados hasta el momento, solo se conocen 2 petroglifos de armas y 7 con representaciones de animales.

Los grabados del bronce no muestran la vida cotidiana de las gentes que los hicieron, sino apenas unas actividades muy concretas (la guerra, la caza, la monta a caballo) consideradas de prestigio y practicadas por las élites guerreras. Nunca aparecen escenas agrícolas, de recolección, pastoreo…

Entre los motivos históricos los más habituales están las cruces, que pueden funcionar tanto como marcas de término que delimitan lindes de propiedades, jurisdicciones, parroquias… como ser cristianizaciones de lugares paganos. Otras figuras son las herraduras, las ballestas, las figuras con forma de «phi»…