investigación Teo

Teo

La investigación

Los inicios de la investigación del arte rupestre en el ayuntamiento de Teo estuvieron estrechamente ligados a la figura de Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza. Era hijo de Ramon Sobrino Buhigas, el primer gran estudioso de los petroglifos gallegos y autor de la trascendental obra Corpus Petroglyphorum Gallaeciae (1935). De él heredó la pasión por los grabados y desde su posición de aparejador municipal de Santiago y maestro de la Escuela de Artes y Oficios recorrió buena parte de la comarca compostelana en búsqueda de nuevas estaciones.

Fue por tanto el protagonista de los primeros hallazgos en Teo, muchas veces en la compaña de estrechos colaboradores como Adolfo Calvo, practicante municipal o Juan Pérez Millán, archivero de la catedral de Santiago. Este último ya había dado noticia de la aparición de una roca con insculturas en Teo a Sobrino Buhigas en el 1930, y por eso este grabado fue incluido con una breve mención en el Corpus. Se trataba del petroglifo de Mallos (Santa María de Teo) sobre el que Lorenzo-Ruza publicará un artículo monográfico en 1947.

Durante las décadas de los 40 y 50 Lorenzo-Ruza visitó en diversas ocasiones el ayuntamiento de Teo procurando nuevas estaciones. Sabemos de su trabajo gracias a las anotaciones de su agenda arqueológica y de sus fotografías, actualmente custodiadas por Ángel Núñez Sobrino. A través de estas referencias se puede comprobar como también era conocedor del petroglifo de Outeiro do Corno, Pedra Bicuda de Regoufe y que había visitado en varias ocasiones el área arqueológica de Monte Piquiño, por lo que no sería descartable que visitase otras estaciones rupestres en la zona.

La prematura muerte en 1959 privó a la comarca de su extraordinario trabajo y supuso un cese en los estudios durante prácticamente una década.

El siguiente hallazgo no llegó hasta 1967 y fue el petroglifo de Río Angueira 1, también conocido como de Monte Cornide. En el participaron el escultor Alfonso Sanmartín y Fermín Bouza Brey. Dos años después el arqueólogo Fernando Acuña Castroviejo daría a conocer estos grabados en un artículo.

En 1986, en la tesis de licenciatura de María José Soto Barreiro Los petroglifos prehistóricos de la Comarca de Santiago, apenas se mencionan dos grabados para todo el término municipal: el de Río Angueira y el de Mallos, y este último se encontraba desaparecido en esas fechas.

La situación comenzó a cambiar a partir de finales de la década de los 90 y comienzos del siglo XXI. En este momento se realizaron diferentes prospecciones arqueológicas en Teo, la primera fue financiada por la Xunta de Galicia en 2001 y la segunda, en el año 2006, se hizo para la redacción del Plan General de Ordenación Municipal. Los trabajos supusieron el hallazgo de un buen número de nuevas estaciones rupestres, varias de ellas en el entorno del área arqueológica de Monte Piquiño, como el petroglifo de Fondao, de Outeiro Piquiño o Pena Bicuda de Loureiro. Por la misma época hubo nuevos descubrimientos realizados por vecinos del ayuntamiento como O Trono da Raíña, por Álvaro Parajó o el petroglifo de Outeiro do Meau por José Barral.

En estos años, a los hallazgos se unió también una intensa actividad de divulgación del patrimonio rupestre en la que destacó en 2008 la guía Los petroglifos del Ayuntamiento de Teo, realizada por el Colectivo Ollarte, de la Universidad de Santiago. En la obra ya se da cuenta de 17 estaciones para lo agarro municipal. También se publicaron artículos científicos sobre diferentes petroglifos del municipio, que comenzaban a situar el territorio en un lugar de privilegio dentro del mapa del arte rupestre del noroeste. Outeiro do Corno (2004), Petroglifo de Río Angueira (2011) o Pedra Bicuda de Loureiro (2013) son algunos de los paneles que han recibido la atención de autores vinculados a la Universidad de Santiago como Ramón Fábregas, Carlos Rodríguez Rellán Jorge y Xoán Guitián o al museo de Pontevedra como Antonio de la Peña.

A todo este trabajo se vino a sumar la labor divulgativa de la asociación «A mámoa» (Luou) que desde por lo menos el año 2005 viene haciendo excursiones y otras acciones para acercar el patrimonio a la ciudadanía. Un trabajo continuado y reforzado con la actividad del Colectivo A Rula, a través de la realización de rutas nocturnas, charlas y haciendo nuevas aportaciones al catálogo de yacimientos de Teo.